regresó después de 63 años.
Domingo y Florentina y de los abuelos
Eladio y Carmen.
Mi amiga Ana, de visita en Galicia, ha "descubierto" "mi casa"
y me ha llevado de viaje hasta Coruxo. Gracias, Ana.
Gracias Antón:
acá
blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
No sé por qué me acuerdo de los pueblos del Sáhara
y Palestina, a estas horas que amanece en Bagdad
frente a los ventanales.
Los poetas somos así. A golpe de latido
una metáfora nos conduce a la otra. Una piel a otra piel.
Será porque estos días en que la muerte me va rondando
me siento como en casa, soy más feliz que nunca.
Amargo como la vida, suave como la muerte,
dulce como el amor.
Desde que no te tengo, ni me tienes,
desterrada ternura, madre mía,
te llamo a cada hora y cada día
espero la llegada de los trenes.
Pero tú nunca vienes, nunca vienes
a compartir tus penas con las mías,
como hacías entonces, como hacías
antes de que existieran los andenes.
No sabes cómo duelen las heridas,
cuando no hay quien las cure por las noches.
No sabes cómo animan los reproches,
mezclados con los besos y las manos.
Cuando se pide o se llama en vano,
No sabes qué difícil es la vida.
Benedicto Lorenzo en el blog de Antón
Mis Mamás, 28 de enero 1937. Punta Arenas.
El barrio se inunda con la lluvia
Y es mejor permanecer en casa
Y no asomarse a la ventana
Para ensoñar una posible fuga.
¿Quién hacia la calle a mí me empuja?
¿Quién me tironea y me rescata
de esta prisión impuesta por el agua?
¿Quién en mí se queda y quién me expulsa?
Miro y moro la cárcel desde adentro:
El pecho mudo, hecho un nudo ciego
Esperando que un alcaide lo desate.
Mas no hay más cautiverio que este huirme,
Que este ir y venir sin habitarme,
Que este estar sin estar, y despedirse.
Eduardo Llanos
Pintura:Alexander Gerasimov
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui,
solo y llorando.
Hice un nudo del pañuelo,
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y a la de la oscuridad
alguien te rescatará,
para ir cantando.
LIBRO
hermoso,
libro,
mínimo bosque,
hoja
tras hoja,
huele
tu papel
a elemento,
eres
matutino y nocturno,
cereal,
oceánico,
en tus antiguas páginas
cazadores de osos,
fogatas
cerca del Mississippi,
canoas
en las islas,
más tarde
caminos
y caminos,
revelaciones,
pueblos
insurgentes,
Rimbaud como un herido
pez sangriento
palpitando en el lodo,
y la hermosura
de la fraternidad,
piedra por piedra
sube el castillo humano,
dolores que entretejen
la firmeza,
acciones solidarias,
libro
oculto
de bolsillo
en bolsillo,
lámpara
clandestina,
estrella roja.
Nosotros
los poetas
caminantes
exploramos
el mundo,
en cada puerta
nos recibió la vida,
participamos
en la lucha terrestre.
Cuál fue nuestra victoria?
Un libro,
un libro lleno
de contactos humanos,
de camisas,
un libro
sin soledad, con hombres
y herramientas,
un libro
es la victoria.
Vive y cae
como todos los frutos,
no sólo tiene luz,
no sólo tiene
sombra,
se apaga,
se deshoja,
se pierde
entre las calles,
se desploma en la tierra.
Libro de poesía
de mañana,
otra vez
vuelve
a tener nieve o musgo
en tus páginas
para que las pisadas
o los ojos
vayan grabando
huellas:
de nuevo
descríbenos el mundo
los manantiales
entre la espesura,
las altas arboledas,
los planetas
polares,
y el hombre
en los caminos,
en los nuevos caminos,
avanzando
en la selva,
en el agua,
en el cielo,
en la desnuda soledad marina,
el hombre
descubriendo
los últimos secretos,
el hombre
regresando
con un libro,
el cazador de vuelta
con un libro,
el campesino arando
con un libro.
Neruda
Pintura: Kasparavicius Kestutis
A Andrés Miquel
Y si fuera un castillo
Habrían de cerrarse las puertas del castillo
Y levantar el puente.
Llenar de agua las fosas
Donde acechan los cocodrilos.
Y si fuera una cabaña,
Sería un madero grueso y pesado
Atravesado contra la puerta.
Tiene y a la vez no tiene
Muchas casas para clausurar.
Casas invisibles que habita
Casas perdidas en los bosques
Casas perdidas en el tiempo
Casas que nadie ve.
Cuando no hay puertas por donde escapar
Lo qué corresponde
Es hacerse invisible
Esperar
convertirse en silencio.
Los árboles no hablan,
Pero bailan con el viento.
Marcela Muñoz Molina
Pintura:Valeriya Kocareva
Gracias Marcela